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Un nuevo y oscuro drama K llega a Netflix, y ya promete pegar fuerte. "Piedad para nadiecon So Ji-Sub y Lee Jun-Hyuk (Love Scout) encabeza la serie, que combina venganza, secretos familiares y luchas de poder en un mundo oscuro e implacable. A continuación te explicamos por qué esta serie, disponible a partir del 6 de junio, merece un lugar en lo alto de tu lista.

Una trama llena de tensión y secretos
Inspirado en un webtoon de culto, "Piedad para nadie sigue la tradición del thriller noir coreano. Pero más allá de la clásica trama de venganza, la serie destaca por su escritura llena de matices. Cada personaje tiene sus propias heridas, ambiciones o dilemas morales, lo que hace que las relaciones sean complejas e imprevisibles. Los episodios avanzan con un magistral sentido del suspense, destilando revelaciones a cuentagotas y manteniendo una tensión constante.
Un reparto de cinco estrellas que impone respeto
Se esperaba con impaciencia el regreso de So Ji-Sub a un papel oscuro, y no decepciona. Interpreta a Nam Ki-JunEs un antiguo gángster con un pasado violento, que ha regresado al mundo que dejó atrás para vengar la muerte de su hermano. Su interpretación es todo contención y tensión, a la vez escalofriante y profundamente conmovedora. Frente a él, Lee Jun-Hyuk (Love Scout), en el papel del hermano desaparecido, deja una impresión duradera a pesar de su limitado tiempo en pantalla. A su alrededor, una galería de poderosos personajes: Heo Joon-Ho (visto a principios de este año en la excelente Corazones enterrados), Cha Seung-Won (El tirano), Ahn Kil-Kang o incluso Jo Han-Chul (Vincenzo, La criatura de Kyŏngsŏng)... cada uno aporta su propia intensidad a la trama.

Dirección nerviosa y escenas de acción increíbles
Aquí no hay efectos especiales llamativos, sólo combates cuerpo a cuerpo, enfrentamientos brutales y persecuciones en espacios oscuros y reducidos. La serie adopta una estética cruda, casi cinematográfica, en la que cada escena parece estar cargada de significado y dolor. So Ji-Sub impresiona por su compromiso físico y emocional, con una interpretación marcada por la rabia contenida y la determinación desesperada.
